domingo, 13 de septiembre de 2009

Werwolf II

Saludos a todos, perdón por la espera y bienvenida a Uthegal. Y, sin más dilación, vamos con la segunda entrada dedicada al Werwolf.


No será hasta 1944, momento en el cual varios jerarcas nazis vieron como posible la conquista de Alemania por sus enemigos, cuando el Tercer Reich se decida a organizar una guerrilla con el objetivo de defender el territorio germano de los futuros invasores. En ese año, varias organizaciones de la Alemania nazi comienzan a hacer sus preparativos para los inciertos días que estaban por llegar. Lo que ha pasado a la historia como movimiento Werwolf no fue una organización unitaria y centralizada, sino una multitud de grupos nacidos de esos preparativos. En los último meses del conflicto, los más importantes organismos del Tercer Reich, el NSDAP, las Juventudes Hitlerianas, las SS, etc, intentarían exprimir aún más sus ya mermados recursos con la vista puesta en organizar secciones guerrilleras que dificultasen la, cada vez más previsible, invasión del territorio germano. Como ya venía siendo habitual en otros proyectos, como las Wunderwaffen, los esfuerzos no se coordinaron adecuadamente. Por el contrario, cada organización trato de poner en pie sus guerrillas, no solo sin colaborar con otros organismos, sino incluso actuando en franca oposición a los mismos. Esta ausencia de coordinación fue un factor esencial, en primer lugar, en la falta de cohesión del movimiento Werwolf y, en segundo, en la pobreza de los resultados que obtuvieron las guerrillas nazis.

En esta entrada revisaremos brevemente las diferentes organizaciones que colaboraron en la puesta en marcha de la guerrilla Werwolf y, en la siguiente, expondremos las operaciones más destacadas de la misma. Ya advierto de antemano que por “destacadas” no hemos de esperar aquí grandes golpes de mano o espectaculares acciones de comando, sino simplemente coletazos de una dictadura que, de la mano de sus últimos decididos partidarios -quienes en muchos casos eran apenas unos niños que no habían conocido otra cosa que el régimen de Hitler-, se resistía a desaparecer.


El Werwolf de las SS

La idea de la necesidad de una guerrilla nazi que hostigase a los futuros invasores comenzó a aparecer en las SS a partir de la primavera de 1944. En esos momentos varios miembros de las Waffen SS empiezan a estudiar las técnicas guerrilleras que habían estado empleando los diversos movimientos de resistencia antinazi, principalmente los partisanos del Este europeo. Entre otros eventos de los que poder aprender valiosas lecciones para el futuro, las SS observarán con especial atención el levantamiento de Varsovia.

Aunque las SS eran una organización muy centralizada, tras el verano de 1944 toman la decisión de organizar su movimiento guerrillero de una forma radicalmente contraria. Se pone el acento en la descentralización, haciendo hincapié en la autonomía de las diferentes células locales. Se pretendía lograr de este modo que la desarticulación de una célula no provocase automáticamente la de las demás. Al frente de estas se coloca a los HSSPf regionales (Oficiales de Seguridad de las SS y de la Policía). A estos se les concedió amplia capacidad para organizarse de la manera que estimasen más conveniente, lo cual trajo como consecuencia resultados dispares. Mientras que varios HSSPf lograron reclutar centenares de guerrilleros, otros prácticamente no hicieron nada.

Cada organización local tenía su propio nombre, y parece ser que el término Werwolf no apareció hasta el otoño de 1944 haciendo referencia a las guerrillas alemanas en Prusia Oriental. Este nombre se extendería con rapidez y sería finalmente utilizado como denominación genérica de todo el movimiento guerrillero nazi. Himmler indicó por esa época a varios de sus colaboradores que el término estaba tomado del libro de Löns del que ya hemos hablado en la entrada anterior.

A la cabeza de esta poco homogénea organización se coloca a Adolf Prützmann. Con el objetivo de coordinar las operaciones del movimiento guerrillero se le nombra “Inspector General para el Abwehr especial dependiente del Reichsführer SS”, lo cual le coloca directamente debajo de Himmler y le situá como la máxima figura del Werwolf. Prützmann era un veterano del Freikorps que se unió al Partido Nazi y a las SS en 1930, desempeñando varios cargos de importancia. Entre otros, fue miembro del Reichstag y jefe de policía en Ucrania. En este último cargo conoció a diversos personajes como Erich von dem Bach Zelewski (Jefe de las Unidades Antipartisanas de las SS), que le serían de ayuda en su etapa a la cabeza del Werwolf.

A finales de 1944, el Werwolf de las SS había alcanzado la cifra de 5000 miembros. Mientras duró la guerra, diversas células fueron utilizadas en varias misiones, principalmente de infiltración en las lineas enemigas, pero también de amedrentamiento de los propios civiles alemanes a los que se considerase como derrotistas. Una vez concluida la contienda, a pesar de la descentralización de su organización, el Werwolf de las SS no sobrevivió mucho tiempo a la caída del Tercer Reich. Tras el fin del conflicto, pequeños grupos siguieron realizando actividades de hostigamiento contra las tropas de ocupación y contra los alemanes adeptos a estas, generalmente con resultados muy pobres. Además, el movimiento fue rápidamente descabezado. Prützmann fue capturado por los británicos en mayo de 1945 y se quitó la vida poco después.


El Werwolf de las Juventudes Hitlerianas

Las Juventudes Hitlerianas habían empezado a preparar su movimiento guerrillero con anterioridad a las SS. Parece ser que en 1943 ya se habían iniciado los preparativos -ciertamente modestos- para formar a a varios de los miembros de esta organización como agentes secretos. Gracias a ello, tan pronto como los aliados empezaron a desplegarse en Francia tras el verano de 1944, varios miembros de las HJ preparados para tal fin cruzaron las líneas enemigas con el objetivo de conseguir información sobre los movimientos de tropas angloamericanas en territorio galo.

En el otoño de 1944 Arthur Axmann, el máximo mandatario de las Juventudes Hitlerianas, ordena a varios de sus subalternos, principalmente de la zona occidental del Reich, que inicien los preparativos necesarios para que el Werwolf de las HJ adquiera una mayor envergadura. El objetivo es que las actividades de este no se limiten al reconocimiento, sino que se extiendan a las operaciones guerrilleras propiamente dichas. Asimismo, con el objeto de incrementar la actividad Werwolf, a inicios de 1945 se registran diversos intentos de coordinar el movimiento guerrillero de las SS con su homólogo de las HJ.

Los primeros grupos Werwolf de las HJ en actividades propiamente guerrilleras serán desplegados en el Ruhr occidental en abril de 1945 y, a semejanza del Werwolf de las SS, su efectividad militar no puede sino considerarse reducida.

La diferencia principal entre el Werwolf de las SS y el de las Juventudes Hitlerianas fue que este sí que consiguió sobrevivir, aunque por poco tiempo, a la caída del Tercer Reich. Esto no fue fruto de la casualidad. En marzo de 1945, Axmann y varios de sus lugartenientes se reunieron con Otto Skorzeny -el famoso jefe de los comandos alemanes- con el objetivo de estudiar las maneras de prolongar la resistencia Werwolf tras la caida del Reich. Estas conversaciones dieron sus frutos y el resultado fue que se consiguió mantener el movimiento vivo hasta la primavera de 1946, cuando una ofensiva contraterrorista aliada consiguió poner fin a la, en palabras del historiador Perry Biddiscombe, “última gran red de resistencia planeada, organizada y financiada durante la agonía del Tercer Reich”


El Werwolf de Partido Nazi I: Göbbels

En febrero de 1945, el ministro de propaganda alemán Joseph Göbbels comienza a elaborar los planes para poner en marcha en Berlín la emisora Radio Werwolf. La idea era dar un respaldo moral e ideológico a las actividades del movimiento guerrillero, principalmente a aquellas que se realizaban tras las líneas enemigas, bien contra los colaboracionistas, bien contra las propias tropas de ocupación.

Radio Werwolf inicia sus emisiones el 1 de abril, cuando ya era evidente el derrumbe de los ejércitos alemanes. La emisora, en un intento de fomentar una resistencia fanática en el movimiento guerrillero, se dedicará a enumerar los crímenes cometidos por los ocupantes y a proferir amenazas contra los colaboracionistas. Radio Werwolf no solo culpaba a los civiles alemanes por su poco espíritu de resistencia. También acusaba en sus emisiones a los miembros del Partido Nazi que abandonaban sus puestos y a los oficiales que malgastaban los escasos medios de transporte disponibles en trasladar, no material bélico, sino sus efectos personales. El caso de Breslau -uno de los asedios más brutales de la guerra- se airea como un ejemplo de resistencia a ultranza que deben seguir el resto de poblaciones alemanas.

Pese a todas sus baladronadas, Radio Werwolf no fue capaz de resistir tampoco el avance enemigo. La emisora cerró definitivamente sus micrófonos menos de un mes después de su aparición, el 23 de abril, cuando fue tomada por las tropas soviéticas que se aproximaban a Berlín.

El Werwolf del Partido Nazi II: Bormann

Tras el fracaso de la Contraofensiva de las Ardenas, el ulterior avance aliado hace que Bormann tome finalmente conciencia de la desastrosa situación en los frentes de batalla. En el este, a pesar de retroceder, las tropas alemanas siguen ofreciendo resistencia; pero en el oeste la situación es radicalmente distinta. Los ejércitos germanos en occidente dejan paulatinamente de combatir a lo largo de la primavera, y la actuación de los civiles para con las tropas ocupantes no es, al menos generalmente, hostil.

En este contexto, Bormann toma -cierto que con poca convicción- una serie de medidas encaminadas a aportar su granito de arena al movimiento Werwolf, seleccionando a hombres provenientes del Volksturmm y de la Wehrmacht para ponerse al frente de la rama de la guerrilla dependiente del NSDAP. Se intentó requerir a los Gauletier de las diferentes regiones alemanas que contribuyesen a la organizaron de las guerrillas mediante la puesta a disposición del Werwolf de hombres y material pero el resultado, como en las otras ramas del movimiento, fue desigual. De hecho, en la mayoría de los casos fue incluso peor. No obstante, se consiguió que algunas regiones aportasen operadores de radio, equipos de demolición y grupos de saboteadores.

El Wewolf de la Policía Secreta

A medida que el movimiento Werwolf iba tomando forma, el Jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich, Ernst Kaltenbrunner, comenzó a interesarse por la idea. Desde marzo de 1945, la policía secreta comienza a realizar sus propias actividades en el marco de las operaciones Werwolf, en concreto con la finalidad de ofrecer un servicio de inteligencia a la guerrilla. Los grupos comenzaron a organizarse en abril con resultados incluso más pobres de lo habitual. En la mayor parte de las regiones esta rama del movimiento apenas consiguió un par de decenas de miembros.

La intención inicial de convertir a los miembros de está sección del Werwolf en equipos de inteligencia fue rápidamente modificada. El agravamiento de la situación fuerza a las autoridades nazis a convertir estos grupos en comandos polivalentes que no solo presten servicios de inteligencia, sino que además puedan llevar a cabo misiones de sabotaje y asesinato. El alto grado de improvisación provocó que el fracaso de estos grupos fuera estrepitoso. No lograrían sobrevivir al final de la guerra.

El Werwolf de la Wehrmacht

Las fuerzas armadas alemanas comenzaron a organizar sus guerrillas en 1944 con escepticismo, pero con más profesionalidad que las organizaciones nazis. Ya en otoño comienza a agruparse a hombres de la Wehrmacht en una serie de “destacamentos de ataque”, los cuales no eran sino el equivalente del Ejército a los grupos Werwolf de las SS. A pesar de provenir de la Wehrmacht y no de otras organizaciones propiamente nazis, también se hacía hincapié en que los hombres que formasen estos grupos estuviesen imbuidos de la ideología nacionalsocialista.

La manera de crear estos destacamentos era sencilla. Se impartían cursos periódicos a grupos de 150 hombres en los Montes Cárpatos. Estos hombres debían volver a sus unidades y organizar los ya mencionados “destacamentos de ataque”con miembros de esas mismas unidades. El tamaño de cada comando debía ser similar al de un pelotón. El objetivo era hostigar a los ejércitos aliados y soviéticos una vez que estos hubiesen penetrado en el territorio alemán. Por ello, estos destacamentos no pasaron a la acción hasta bien entrado 1945. En teoría, deberían coordinar sus acciones tanto entre ellos como con las otras ramas del movimiento Werwolf, pero en la práctica la cooperación fue escasa. Esto provocó que numerosos destacamentos fuesen lanzados tras las líneas enemigas sin ningún plan de acción digno de tal nombre, por lo que su efectividad fue reducida.

Por último, señalaremos que estos destacamentos no usaron oficialmente el nombre "Werwolf" por lo que, siendo puristas, quizá no deberíamos considerarlos como tales.


El Werwolf de la Luftwaffe

Es ampliamente conocido el hecho de que, al final de la guerra, la desesperación y el fanatismo empujaron a la Luftwaffe a organizar sus propias misiones suicidas, a semejanza de los kamikazes japoneses. Lo que es menos conocido es el hecho de que al menos una de esas acciones llevó el sello Werwolf.

La Luftwaffe había empezado a estudiar eventuales misiones suicidas ya en 1944. En esta época ya era conocida la poca precisión de la que hacían gala las bombas V-1, y se elaboraron planes para entrenar a aviadores voluntarios con el objetivo de que pilotasen estos proyectiles. El proyecto, posiblemente a instancia del propio Hitler, no se llevó a la práctica.

Sería también en 1944 (aunque las operaciones no empezarían hasta el año siguiente ) cuando se crearon los primeros “escuadrones de choque”, en los que se enrolaba a pilotos con el objetivo de realizar ataques suicidas contra aeroplanos y objetivos enemigos en tierra. El Kommando Elba, uno de estos “escuadrones de choque”, fue rebautizado como Werwolf en marzo de 1945, poco antes de ser puesto en acción. El 7 de abril esta unidad, 183 Me 109 escoltados por 55 Me 262, fue lanzada a una misión kamikaze contra una enorme flota de bombardeo americana. Los aliados afirmaron haber perdido 21 aparatos, mientras que los alemanes sostuvieron haber derribado 60. En cualquier caso, dado que los germanos sufrieron 77 bajas, el resultado fue considerado decepcionante incluso por ellos mismos.

4 comentarios:

  1. Interesantísimo artículo sobre uno de los episodios menos conocidos de la Guerra, o mejor dicho, la posguerra. Me alegro mucho de que retomes el blog.

    Un saludo.

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  2. Gracias Sila.

    Desafortunadamente me falta la fuerza de voluntad que tienes tú para escribir todos los días. La verdad es que no se como te arreglas, pero seguiré leyéndote.

    Saludos

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  3. Lo primero muchas gracias por tu comentario en mi blog, lo segudo la entrada esta muy interesante ^^ no sebia nada de las intenciones suicidas de la Luftwaffe al final de la guerra

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  4. Hola Bressend.
    Muchas gracias a ti también por el comentario.
    Me alegro de que te haya interesado la entrada. Espero verte por aquí más veces.
    Saludos

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