Lamento la tardanza en volver a escribir, pero desafortunadamente por cuestiones laborales no me es posible publicar entradas al ritmo que me gustaría. Así que, muchas gracias por la paciencia y vamos al asunto...
Panzers en África
No hemos hecho referencia hasta el momento al papel de las fuerzas acorazadas germanas en África. Ello es debido a que la importancia del teatro africano, si tenemos en cuenta el número de tropas empleado, no puede sino calificarse de secundaria. No obstante, si conviene hacer un breve inciso para ocuparnos de la situación de las divisiones panzer alemanas en este terreno. Ya hemos indicado como a finales de 1941 la situación se había deteriorado extraordinariamente para el Tercer Reich. El centenar y medio de divisiones que mantenía la Wehrmacht en la URSS había sido detenido y las tropas germanas luchaban desesperadamente por su supervivencia frente a los soviéticos. Tampoco marchaban bien las cosas en el continente africano. Aquí, Rommel había lanzado una serie de rápidas operaciones a lo largo de 1941, pero los italoalemanes se habían visto obligados a volver a su punto de partida en Libia a finales de año. Durante las campañas africanas las formaciones acorazadas alemanas en aquella zona, principalmente las divisiones 15ª y 21ª, demostraron una vez más su extraordinaria capacidad para el combate. No obstante, a pesar de ser cierto que permitieron a Rommel mantener la iniciativa durante prolongados periodos de tiempo contra enemigos notablemente superiores en número, también es cierto que estas dos divisiones, en el conjunto de los ejércitos alemanes, representaban un porcentaje muy pequeño de su fuerza acorazada. Por ello, en este análisis general sobre la Panzerwaffe del Tercer Reich relegaremos a las tropas del teatro africano a un segundo plano. No obstante, sí citaremos las cifras de carros con las que contaban estas divisiones al formarse: 45 Panzer II, 70 Panzer III y 20 Panzer IV, además de unos 10 blindados de mando y transmisiones. La 21ª Acorazada contaba además con 25 pequeños Panzer I. Es decir, las divisiones eran bastante potentes, pero el número total de carros desplegado en África era drásticamente inferior al desplegado en Rusia. Nuevamente las cifras variaran según las fuentes, pero podemos afirmar que los tanques germanos en el continente africano en 1941 serían alrededor del 10% de los lanzados contra la URSS.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las intenciones germanas sobre África eran muy distintas a las que tenían sobre Rusia. En el teatro africano, los estrategas alemanes confiaban en que las escasas fuerzas de Rommel sirviesen a los italianos para evitar los descalabros que les estaban provocando los británicos. En la URSS, por el contrario, los alemanes se lanzaron con una abrumadora cantidad de fuerzas sobre un enemigo al que confiaban destruir en unos meses. Se equivocaron en ambos casos. La ágil conducción de las operaciones en el desierto por parte de Rommel hizo que, con un numero de tropas muy modesto, el Afrika Korps desarrollase una estrategia muy agresiva en África durante los años 1941 y 1942, en combinación con sus aliados italianos. En el Frente del Este, un número mucho mayor de tropas no fue capaz de poner fuera de combate al Ejército Rojo, a pesar de los demoledores golpes que le proporcionó durante esos años.
La 15ª y la 21ª seguirían en África hasta la expulsión del Eje de este continente, pero antes sufrirían la derrota del Alamein en octubre de 1942. En vísperas de esta batalla estaban compuestas por 14 Panzer II, 87 Panzer III y 18 Panzer IV cada una, además de dos carros de mando y transmisiones. La incapacidad del mando italoalemán para aprovisionar de manera adecuada a sus tropas en aquella zona provocó que no pudiesen enfrentarse de manera efectiva a los británicos, comandados por Montgomery, en el enfrentamiento decisivo que tuvo lugar a las puertas de Egipto. La derrota del Alamein unida al desembarco angloamericano en el Oeste de África en noviembre de 1942 provocó el inicio de un largo repliegue de las fuerzas del Eje hasta Túnez, posición de la que no serian desalojadas hasta el año siguiente.
El principio el desastre
A comienzos de 1942, Stalin ordenó una ofensiva general en todo el frente. Hitler respondió prohibiendo cualquier retirada y ordenando a sus ejércitos que resistiesen a cualquier precio. Puede decirse que el dictador soviético cometió el mismo error que había cometido su contraparte germano anteriormente: sobreestimo sus fuerzas y subestimo las del contrario. Las tropas rusas que habían detenido a los alemanes no estaban preparadas aún para lanzarse al ataque. Los suministros seguían siendo escasos y a la oficialidad soviética todavía le faltaban muchos meses para recuperare de los efectos de las purgas stalinanas. Estos factores reducían considerablemente la capacidad del Ejército Rojo para efectuar ofensivas a gran escala. Los combates degeneraron en escaramuzas locales durante las siguientes semanas y, en primavera, los ejércitos alemanes consiguieron detener a sus oponentes. El Ejército Soviético había logrado hacer retroceder considerablemente a la Wehrmacht, principalmente en el sector del Grupo de Ejércitos Centro alemán, pero no pudo lograr una ruptura del frente.
En lo que se refiere a las tropas acorazadas, la situación era extraordinariamente delicada. Los fracasos en la toma de Moscú y la posterior contraofensiva soviética habían dejado a los efectivos de las divisiones panzer reducidos hasta extremos impensables un año antes. En lo que respecta a nuevas formaciones, 1942 vio nacer a cuatro nuevas divisiones acorazadas, 24ª, 25ª, 26ª y 27ª. La única que llegó a tiempo de participar en la ofensiva sobre el sur de Rusia en ese año fue la 24ª. La dotación inicial de esta división era la siguiente: 32 Panzer II, 90 Panzer III y 32 Panzer IV, además de 7 carros de mando y transmisiones. El resto de unidades se formó demasiado tarde para tomar parte en los acontecimientos de 1942. La 27ª de hecho no llego prácticamente a tener historial de combate, ya que se constituyó en octubre de 1942 y se disolvió en febrero de 1943.
Es decir, a efectos prácticos, con anterioridad a la campaña de verano de 1942 la Wehrmacht contaba con una sola división panzer más que en los meses anteriores. A este escaso incremento nominal de la Panzerwaffe, se une el hecho de que la fuerza real de las divisiones acorazadas ya existentes era muy inferior a la que habían tenido apenas un año antes. Nuevamente tenemos que acudir a las cifras. Los Grupos de Ejércitos A y B, los cuales sostuvieron la mayor parte de la campaña alemana de 1942 en Rusia, tenían ocho divisiones acorazadas: la 3ª, la 9ª, la 11ª, la 13ª, la 14ª, la 16ª, la 23ª y la 24ª. Ya conocemos los efectivos de la 24ª. Los del resto de las formaciones seguían la siguiente pauta:
-divisiones 3ª a 11ª: entre 25 y 50 panzer II, aproximadamente un centenar de Panzer III y unos 20 o 25 Panzer IV
-divisiones 13ª a 16ª: entre 10 y 15 Panzer II, unos 60 a 75 Panzer III y unos 20 Panzer IV
-división 23ª: 27 Panzer II, 84 Panzer III y 17 Panzer IV
A estos números hay que añadir unos 5 o 10 carros de mando y transmisiones por división.
.
Vemos como la mitad de las divisiones acorazadas alcanzaban aproximadamente los 150 carros, pero la otra mitad apenas superaba el centenar. Sí se había conseguido que el carro principal pasase a ser el Panzer III, dejando los modelos más pequeños en un segundo término, pero el número de Panzer IV por división seguía siendo considerablemente reducido.
Vemos como la mitad de las divisiones acorazadas alcanzaban aproximadamente los 150 carros, pero la otra mitad apenas superaba el centenar. Sí se había conseguido que el carro principal pasase a ser el Panzer III, dejando los modelos más pequeños en un segundo término, pero el número de Panzer IV por división seguía siendo considerablemente reducido.
La Producción de Carros de Combate
La fuerza de las divisiones panzer no involucradas en el Fall Blau (la ofensiva de verano de 1942 en el sur de la URSS) era, por lo general, inferior a la de las que sí participaron en esta operación. Es decir, la reducción en la fuerza total de las divisiones acorazadas germanas era más que evidente. En definitiva, la contraofensiva del Ejército Rojo no solo había logrado rechazar a las tropas germanas, sino que también consiguió mermar sus fuerzas acorazadas de un modo drástico. Hasta ese momento, la industria del Reich había sido capaz de compensar las pérdidas en combate con tanques nuevos de un modo notablemente bueno. Por el contrario, las derrotas sufridas en el invierno de 1941-42 supusieron una dura prueba para Alemania, que perdía material de guerra a un ritmo superior al que podía reemplazarlo. La muerte del ministro de armamento del Reich, Fritz Todt, en febrero de 1942 provocó la llegada de Albert Speer a ese puesto. Los métodos utilizados por Speer, entre los que se encontraba la masiva utilización de mano de obra esclava y la dispersión de las industrias, lograron que la producción de guerra alemana creciera exponencialmente, lo que permitió a la Wehrmacht reponerse con notable eficacia de las cada vez mayores debacles que sufría en el campo de batalla. No obstante, si bien la producción bélica germana consiguió que sus ejércitos siguiesen en pie contra viento y marea en los últimos años de la guerra, también es cierto que no logró que estos pudiesen recuperar la iniciativa estratégica después de 1942. En particular, la producción de tanques evolucionó del siguiente modo (según cifras del historiador britanico Norman Davies):
Año - Tanques producidos
1939 - 247
1940 - 1643
1941 - 3790
1942 - 6180
1943 - 12063
1944 - 19002
1945 - 3932
Sorprende el hecho de que Alemania fuese capaz de producir tantos tanques en el último año y medio de guerra como en todo el periodo que va desde 1939 a 1943, y sorprende más si cabe teniendo en cuenta que en los últimos años del conflicto el Tercer Reich se encontraba constantemente sometido a martilleantes bombardeos de las fuerzas aéreas británicas y estadounidenses. Conviene recordar además que varios de los tanques producidos en 1944-45 eran del modelo Panther (45 toneladas de peso) y Tiger I y II (55-65 toneladas) que eran muy superiores a los carros más pequeños producidos en los primeros años de la guerra, los cuales tenían un peso muy inferior. El único carro de combate que se produjo desde el principio hasta el final de la conflagración, con unas cifras en constante aumento y siendo continuamente mejorado, fue el Panzer IV (25 toneladas).
A pesar del extraordinario aumento de la producción bélica alemana, nos vemos obligados a hacer una consideración: la Blitzkrieg germana estaba herida de muerte tras el fracaso de Barbarroja. ¿Por qué? Porque la Wehrmacht era como un herido perdiendo más sangre que la que se le inyectaba por medio de transfusiones. Las campañas de Polonia, Francia y los Balcanes fueron conducidas con sobresaliente maestría, concluidas con extraordinaria rapidez y llevadas a cabo incurriendo en pérdidas mínimas. Estas pérdidas siempre fueron repuestas con facilidad -o al menos sin muchas complicaciones- por la industria bélica alemana una vez concluidos los combates. Tras el fracaso en Rusia, la situación cambia por completo. Jugando con la ventaja que nos da el hecho de analizar el conflicto siete décadas después, podemos decir que a principios de 1942 era evidente que la guerra contra la Unión Soviética iba para largo. No iba a ser un combate rápido, en el que los daños que sufriesen los ejércitos pudiesen ser reparados en los meses posteriores a la conclusión de las hostilidades. Por el contrario, la guerra con Rusia iba a exigir un constante flujo de suministros bélicos. Es decir, gran parte -de hecho la inmensa mayoría- de la capacidad industrial germana iba a quedar permanente ocupada supliendo las pérdidas que la Wehrmacht sufría frente a los soviéticos.
Al contrario que los alemanes, los soviéticos, una vez que superaron los momentos críticos de 1941-42, iban a ser capaces de producir suministros bélicos a un ritmo superior a sus pérdidas. Si a esto unimos el hecho de que los rusos no estaban comprometidos en otros frentes, el panorama general puede ser resumido por la visión de una balanza que, inclinada de inicio del lado alemán gracias a las victorias de estos en el verano de 1941, se escora paulatinamente -aunque con oscilaciones- del lado soviético en los años 42 y 43, y cae definitivamente del lado de la URSS en la segunda mitad de ese año. Echemos un vistazo las cifras de producción de la Unión Soviética (también según el historiador Norman Davies):
Año - Tanques producidos
1940 - 2794
1941 - 6590
1942 - 24446
1943 - 24089
1944 - 28963
1945 - 15419
El tanque básico soviético era el T-34, un carro espléndido, que estuvo produciéndose con constantes mejoras durante toda la guerra. Pero los rusos, al igual que los alemanes, también incluyeron en sus cadenas de producción tanques mas poderosos y pesados como el IS-2 en los últimos meses del conflicto.
Como viene siendo habitual, las cifras bailan dependiendo del historiador que citemos. Influyen muchos factores. Por ejemplo, en muchos casos depende de lo que entendamos como "tanque". Un cañón autopropulsado como el Stug III es considerado en ocasiones un tanque a efectos de calcular las cifras de producción de estos vehículos, pero en puridad no era un carro de combate. Los soviéticos también tenían extraordinarios cañones contra carro, que en ocasiones se cuentan como tanques, aún sin serlo, a efectos de estimar los números de blindados producidos.
En cualquier caso, sean cuales sean las fuentes, la imagen siempre es la misma: los rusos fueron capaces de exprimir sus capacidades industriales mucho mejor que los alemanes. Esto factor, unido a las mayores reservas humanas y materiales de la URSS, permitió que el alto mando soviético pudiese proporcionar a sus tropas suministros bélicos a un ritmo impactante, lo que permitió al Ejército Rojo lanzarse a ofensivas cada vez más audaces, sin temor a que sus pérdidas en combate fuesen, por lo general, superiores a las germanas, ya que eran plenamente conscientes de que podían sobreponerse a las mismas con mayor rapidez que sus enemigos.
He hecho esta consideración porque creo que merece la pena detenerse en este punto. En muchas ocasiones se hace ver que el momento crítico de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar tras el fracaso de las ofensivas alemanas de 1942 en Stalingrado y, en menor medida, en el Alamein. No obstante, un mero vistazo a las cifras nos indica como la fuerza de las divisiones acorazadas germanas, y en general del resto de las armas del Tercer Reich, había entrado ya en barrena desde hacía varios meses, concretamente tras el fracaso de Barbarroja. Stalingrado no fue sino la consecuencia del cambio en el equilibrio de fuerzas que ya se había puesto en marcha con anterioridad.
Stalingrado
Es de todos conocido el desastre con el que concluyó la ofensiva alemana del 42 en Rusia para las armas del Tercer Reich. La campaña tuvo un inicio esperanzador, dejando para la posteridad el avance de las unidades acorazadas germanas por las estepas rusas en dirección al Don y después al Volga. Varias divisiones se lanzaron hacía las estribaciones caucásicas, llegando incluso a clavar la bandera alemana en el pico más alto de Europa: el monte Elbrus. Pero todo fue efímero. Los soviéticos, a diferencia del año anterior, no se dejaron cercar, sino que se limitaron a retirarse y a esperar el momento oportuno, provocando que los germanos estirasen demasiado sus lineas de suministro. La Wehrmacht no consiguió la victoria definitiva que esperaba. No solo no se conquistaron los pozos petrolíferos del Caucaso, sino que además el VI Ejército Alemán fue borrado del mapa en Stalingrado. La tenaz resistencia rusa en la ciudad de Stalin provocó que los panzers se utilizasen en enfrentamientos urbanos de desgaste para los que no estaban preparados. Los germanos, maestros hasta entonces en las batallas de cerco, se lanzaron a un combate frontal y terminaron copados a orillas del Volga. Esta vez sí, los soviéticos, además de detener a los alemanes, los vencieron en toda regla. Con una cuidadosa operación cercaron y aniquilaron al VI Ejército, rompieron el frente germano y pusieron en peligro de aniquilamiento a toda el ala sur de la Wehrmacht en Rusia.
Los alemanes, en un intento desesperado por salvar la situación, colocan a von Manstein al mando de las unidades que pueden reunir para taponar el hueco que los soviéticos han provocado en sus líneas tras copar a los hombres del VI Ejército. En el último mes del año el mariscal germano dirigirá un intentó por liberar a los cercados que terminará en fracaso.
Las consecuencias para las divisiones panzer.
El año 1942 concluyó con unas divisiones acorazadas germanas atravesando una situación todavía más crítica que la que habían sufrido doce meses antes. Esta es la conclusión que puede desprenderse de las opiniones que Hitler y el OKW tenían al respecto de la situación militar en estas fechas y que, por fortuna, han llegado hasta nosotros gracias al “Servicio Estenográfico de los Cuarteles del Führer”
A finales de 1942, como consecuencia de la crisis de confianza que surgió entre Hitler y sus generales tras el fracaso de la ofensiva sobre Stalingrado y el Caucaso, se creo el mencionado “Servicio Estenográfico”. El dictador pretendía dejar constancia para la posteridad de todas las palabras pronunciadas en las reuniones militares del alto mando de las fuerzas armadas y este servicio era el encargado de “levantar acta” de las conversaciones entre el Führer y sus generales. Desafortunadamente, la mayor parte de esas actas se destruyeron durante los últimos días del Tercer Reich, pero ha llegado hasta nosotros un puñado de fragmentos de gran interés. En particular, en lo que se refiere al tema que aquí nos ocupa, destacaremos algunas frases que nos demuestran lo que eran las divisiones panzer en los últimos días de 1942.
Las siguientes frases están extraidas del libro “Hitler y sus Generales”, de Helmut Heiber.
Reunión del 12 de diciembre de 1942.
Fragmentos de la discusión acerca de las divisiones blindadas que Manstein tiene a su disposición.
Zeitzler: Bueno, entonces la 11ª (División acorazada)
El Führer: Solo dispone de 45 blindados
Zeitzler; hasta ahora tenía 49; han fallado pocos...
El Führer: ¿y cuando ha perdido la 11ª todos esos tanques? Ahí arriba solía disponer de 70 u 80.
Zeitzler: Por lo que yo se llegó aquí con 49
….
El Führer: ¿de cuantos carros dispone la 17ª división acorazada?
Zeitzler: De pocos, también: 58, todos con armamento corto.
…
El Führer: ..¿cuantos Panzer tiene la 23ª división acorazada?
Zeitzler: 26 Panzer IV de armamento largo y otros 26 Panzer III largos.
En definitiva, vemos como las divisiones acorazadas que Manstein tenia a su disposición contaban con entre 50 y 60 carros de combate. A ojo de buen cubero, ¡habían perdido entre las las mitad y las dos terceras partes de los blindados con los que contaban al inicio de la ofensiva! Se avecinaban tiempos difíciles para los ejércitos germanos en general y para la Panzerwaffe en particular. Por ello, al inicio de 1943, Hitler decidió recurrir al as que todavía le quedaba en la manga, quién cuenta así la experiencia:
“Fui recibido puntualmente, al principio en presencia de Schmundt, pero en seguida en la habitación de trabajo de Hitler y a solas con él. No le había visto desde el sombrío 20 de diciembre de 1941. Había envejecido mucho durante los 14 meses transcurridos. Su paso no era tan seguro como antes, su dicción vacilante, su mano izquierda temblaba. Sobre su mesa de escritorio estaban mis libros. Abrió la entrevista con las palabras: Nuestros caminos se han separado desde 1941. Fue debido a una serie de equivocaciones que sinceramente lamento. Le necesito a usted”. Guderian: Recuerdos de un Soldado.
-----------------------------------------
Para elaborar las diferentes partes del articulo “División Panzer” estoy utilizando varios libros. Por ello, no se hace referencia al final de las entradas a la fuente principal, tal y como ha venido sucediendo hasta ahora. Una vez que concluya el artículo, publicaré una reseña con todas las obras que se consultan para elaboración de esta bitácora. Confío en que de este modo queden salvaguardados todos los derechos de autor. No obstante, si alguien desea conocer de donde proviene algún dato, agradecería que me lo indique y le señalaré la fuente correspondiente.
Un saludo a todos.
Como se lacera la historia haciendo juegos de palabras, las preferencias políticas menoscaban la verdad, empleas términos cacareados por los norteamericanos como ¨la purga de los oficiales¨ que es verdad las hizo el criminal Stalin en el Ejército rojo, las colocan como causa de sus derrotas iniciales, que estarian dentro de las previstasdentro de la estrategia general, esa frasecita la he leído en un sin número de relatos y descripciones de la operación Barbaroja, es ridículo, digo derrotas otra cosa seria decir los traspiés iniciales, suena diferente verdad?
ResponderEliminarLa estrategia debe reconocerse, no fue inventada por el criminal Stalin sino inteligentemente copiada adaptada a la época, TIERRA ARRASADA, y la estupidez Alemana de volver a cometer el mismo error de don Napo otro gran criminal reverenciado por la historia mundial.
Solo que necesitaba tiempo para poder armar su ejército y pasar a la ofensiva, luego entonces como Giap en Dien Bien Phu o en la ofensiva del TET no le importaba la cantidad de soldados con poco avituallamiento y población perdiera, la cosa era ganar tiempo como brillantemente lo hizo CHUIKOV en Stalingrado, nadie les paro el macho como los rusos, en EUROPA la vieron facilito, y con gobernantes que no eran criminales no? Seguro compadre…… eran colonialistas, igual de crimales, escribes de historia y te haces o eres, o estas hasta el queso compadre, engaña y confunde a los cojudos que no han leído mas y aceptan tus relatos como veraces, si no ntiendes lo que trato de decirte anda donde un psiquiatra, compadre me haces perder tiempo escribiendo.
Amigo no es necesario ser ofensivo pero es verdad que en occidente se trata de nenoscavar la victoria RUSA sera por la GUERRA FRIA, pero es verdad lo de los rusos practicamente los rusos derrotaron a los Alemanes no parando hasta arrasar BERLIN, con colaboracion de los Aliados, al aperturar otros frentes.
ResponderEliminarPues no, no entiendo lo que tratas de decirme. Pero creo la raíz del problema no se halla en la psiquiatría. Es algo mucho más simple: se ve a la legua que a duras penas sabes escribir.
ResponderEliminarSi no te gustan los artículos, lo tienes fácil. No vuelvas. Así además no perderás el tiempo “escribiendo”
Supongo que a cualquiera que escribe un articulo se le puede poner verde. Quizás mi única queja es que no cite la fuentes ya que en ellas esta la solución a vuestra discusión.
ResponderEliminarReconozco que probablemnte yo tampoco pondría las fuetes puesto que es una pesadez importnte.
Por resumir, el artículo es interesante y me hubiera gustado conocer las fuentes por una doble razón. conocer mejor estos hechos y sobre todo ( por puro frikismo ) formar mi opinión sobre vuestra discusión. :-)
Las fuentes principales las puedes encontrar al final de cada artículo (cuando se dividen en varias partes, están al final de la última parte)
ResponderEliminarEn la entrada "bibliografía", puedes ver el listado completo de los libros utilizados como fuente.
Saludos